BRIGANTIUM

Antes de la conquista romana Brigantium sería un castro costero cuyo origen se pierde en el tiempo, dotado de un pequeño puerto o embarcadero. Los castros eran la forma de poblamiento típico de la Galicia prerromana y lo siguieron siendo durante gran parte de la dominación romana (hablo de ellos en el apartado Mi villa y otras viviendas). Este castro debió tener contactos quizá con comerciantes tartesios en los siglos VII-VI a.c., y con certeza, con las naves fenicias a partir del siglo V a.c., que serían habituales en estas costas, principalmente las de origen gaditano. Se piensa que la Torre de Hércules pudo haber sido construida sobre un faro precedente más primitivo, el cual pudo haber sido edificado por la gente local o por los propios comerciantes de origen fenicio, aunque hasta la fecha no se han encontrado pruebas de tal faro. Estos comerciantes se dedicarían principalmente, aunque no en exclusiva, a la importación de metales, en especial estaño, que era esencial para la fabricación del bronce y cuyos yacimientos eran abundantes en la Galicia prerromana. Sin menospreciar el oro, que por esta época se sacaba de los cursos fluviales. La mención de Dión Cassio de que los habitantes de Brigantium se asustaron de la llegada de César porque nunca habían visto una escuadra se debe entender en el sentido de que estaban acostumbrados a ver naves de carácter comercial, no una escuadra militar.       

Tras la conquista romana, Brigantium se introdujo en las rutas comerciales romanas del atlántico  y alcanzó una relevancia notable, pues se tiene documento epigráfico que demuestra la existencia de "exactores", o sea, cobradores de impuestos aduaneros. Por lo tanto, Brigantium sería una  "statio" o aduana marítima del imperio en el atlántico, puerto principal en la navegación de altura por este océano, junto a los puertos de Gades en el sur de Hispania, y Burdigalia y Gesoriacum en la Gallia. De esta manera, participaría en el doble circuito comercial de la época: el tradicional mediterráneo y el que se genera en la próspera Burdigalia y tierras altas galas. Constituyéndose en un punto obligado de descarga y distribución de mercancías a otros puertos y al interior, sin dejar de lado la función administrativo-militar que poseían estas rutas en el entramado del imperio, y que en algunos momentos pudo tener mayor importancia que el aspecto comercial. Su posición, como puerto de la capital del conventus, y como abrigo más septentrional de fácil arribada en la navegación atlántica por la costa hispana, determina el interés estrátegico, político y administrativo al margen de las operaciones comerciales. La construcción a finales del siglo I o principios del II de una instalación portuaria del calibre de la Torre de Hércules parece confirmar la relevancia de Brigantium en las rutas del imperio.