ESCRITORES GRIEGOS

POESIA ÉPICA GRIEGA: HOMERO pincha aquí 

Nombre tradicionalmente asignado al autor de las dos más grandes obras épicas de la antigua Grecia: la ILIADA y la ODISEA.  Aunque nada se conoce de Homero, se estima que vivió entre 1159 y 865 a. de C. Muchas ciuda des reclaman haber sido su cuna: Argos, Atenas, Rodas, Salamis, Chipre y Smirna y algunos suponen imposible que un solo autor haya podido con se mejantes obras. 

Desde el punto de vista lingüístico e histórico, los relatos pueden situarse en las ocupaciones griegas en Asia Menor en el siglo IX a. de C. La Ilíada cuenta la guerra de Troya, el rapto de Elena por Paris y las hazañas de Héctor y Aquiles.

ILIADA pincha aquí

Poema épico sobre la guerra de TROYA atribuido a HOMERO. La obra se divide en 24 libros y sus acciones se desarrollan durante la contienda y relata las hazañas del héroe AQUILES, el Más grande guerrero griego. La historia co mienza sorpresivamente con las disputas entre Aquiles y el rey Agamenón. (Los críticos latinos llaman a esta forma de iniciar los relatos in media res, en el medio de las cosas, por oposición a ab ovo, desde el huevo o comienzo). Como conse cuencia de aquellas desavenencias, Aquiles y su amigo Patroclo desertan de las fuerzas griegas. Sin Aquiles, los griegos sufren muchas pérdidas. Incapaz de se guir manteniéndose luego de que los troyanos incendian la flota griega, Patroclo pide permiso a Aquiles para reunirse con sus antiguas fuerzas. Aquiles acepta y le presta su escudo. Patroclo es muerto por el héroe troyano Héctor. Aquiles, en revancha, mata a Héctor. Después que Patroclo es enterrado, el padre de Héctor, el rey Príamo, le pide a Aquiles el cuerpo de su hijo para darle apropiada sepul tura. Aquiles acepta. La obra termina con los funerales de Héctor.


ORIGEN MITOLÓGICO DE LA GUERRA DE TROYA  pincha aquí

ODISEA pincha aquí

La Odisea es el relato de los viajes de ULISES y los argonautas, la superación del incesante e irrechazable canto de las sirenas y las ten taciones de la ninfa Calipso, hija de Atlas, que retuvo a ULISES (también conocido como ODISEO) durante siete años hasta que él rechazó su oferta de inmortalidad y retornó a su fiel esposa PENÉLOPE. Considerado el más grande poeta del pasado, según la tra dición, Homero era ciego. Su nombre ha sido usado para calificar a otros gran des como, por ejemplo, Platón, el Homero de los filósofos; Shakespeare, el Homero de los poetas dramáticos.

INTRODUCCIÓN A LA EPICA  pincha aquí

TEATRO GRIEGO

El teatro clásico griego (siglos VI y V a. C.) tiene como primer marco de representación cualquier lugar cercano al altar de Dionisos, dios del vino y de la fecundidad. Eran las fiestas dionisíacas o bacanales, en las cuales los hombres se cubrían con pieles de macho cabrío y cantaban y bailaban. Los cantos eran dirigidos por el corifeo. Pronto, y ante el éxito que estas manifestaciones literarias y religiosas estaban tomando, se comienzan a construir los primeros edificios destinados exclusivamente al teatro: se trataba de estructuras de piedra semicirculares asentadas sobre la falda de una colina. El lugar de la representación se encontraba en la parte inferior de la construcción. La orkestra estaba destinada a los danzantes y tenía una forma circular interrumpida por la skene, con forma de rectángulo alargado. El escenario, normalmente de madera, se elevaba tres o cuatro metros sobre la orkestra. Para lograr algunos efectos especiales, se utilizaban ganchos, poleas y plataformas.

Los tres géneros mayores eran:



La tragedia: protagonizada por personajes de alta categoría social que se ven arrastrados por la fatalidad a graves conflictos entre sí, a través de un lenguaje esmerado y cuidado. La tragedia griega se caracteriza por el horror, la desgracia y la muerte. El protagonista suele ser el héroe, que actúa con el decoro suficiente de acuerdo a las normas establecidas. Suele representar un ideal de comportamiento humano. Contra este héroe se encuentra el antagonista, que puede ser un solo hombre o un conjunto de circunstancias contrarias a la voluntad del protagonista. El conflicto suele desembocar en la catástrofe, en la fatalidad. Las obras están regidas por las tres unidades (acción, lugar y tiempo). Los espectadores, ante la contemplación de una tragedia, se solidarizan y sufren con el protagonista, con lo que llegan a la catarsis (liberación).


El drama satírico o tragicomedia: suele tratar un tema legendario, aunque con efectos cómicos protagonizados, fundamentalmente, por el coro. Los dioses no intervienen en la vida de los hombres y puede haber más de una acción al mismo tiempo. Se encuentra a medio camino entre la tragedia y la comedia: no se evitan las situaciones cómicas, pero tampoco el desenlace trágico.


La comedia: se basa en la ridiculización y denuncia desenfadada de costumbres y problemas cotidianos. Los protagonistas suelen ser personas normales que sufren en escena, aunque siempre desde un punto de vista cómico. Se busca la risa, por lo que el desenlace es feliz, desenfadado y alegre, sin olvidar la ironía.

EL TEATRO GRIEGO pincha

TRAGEDIA GRIEGA: ESQUILO, SOFOCLES Y EURIPIDES


La tragedia es una representación dramática capaz de conmover y causar pena, que tiene un desenlace funesto, es el género en el cual despuntaron los escritores griegos.
Los tres grandes triunfadores del teatro de Dionisios o, al menos, los tres autores trágicos de los que conservamos obras completas, son Esquilo, Sófocles y Eurípides.


Las obras trágicas eran compuestas por escrito, lo que permitía la corrección de las mismas, y presentadas previamente en concurso para su estreno durante las Grandes Dionisias.


Esquilo: (525 a 456 a.C. )es considerado el padre de la tragedia. Introdujo un segundo actor , con lo cual redujo la gran extensión de las partes corales. Facilitando el dialogo dramático. Sus argumentos se inspiran en la epopeyas y modestamente llama a sus trabajos “ migajas de la gran comida de Homero” Es un poeta profundamente religioso y desde ese aspecto contempla la vida humana y el universo. Dotado de gran talento, es también un buen patriota que no olvida su participación en los combates de la Maratón y Salamina . De las 90 obras que escribió solo nos quedan siete tragedias: Los Persas, Prometeo encadenado, Las suplicantes , Los siete contra Tebas. Y la Orestíada, dividida en tres dramas: Agamenón, Las Coéforas y Las Euménides


Sófocles: (496 a 406 a.C. ) introdujo en la escena un tercer actor, relegó el coro a un segundo plano y perfeccionó la técnica dramática. Desempeñó importantes cargos públicos y fue muy estimado por los atenienses. Gran belleza poseen sus diálogos, en los que intercala algunas veces, pinceladas cómicas. Escribió 123 tragedias de las que conocemos siete: “Edipo Rey”,” Electra”, “Ayax”, “Antigona”, “Edipo en Colona”,” Las Traquinianas “y “ Filóctetes”. Hizo mas movida la acción escénica. Algunas de sus tragedias se representan aun en la actualidad


Eurípides: ( 480 a 406 a. C) Fue un poeta culto que mantuvo amistad con los filósofos. Anaxagoras y Sócrates. Profundamente realista, sus obras se caracterizan por los complicados enredos, creando verdaderos dramas de intriga. De las 88 obras que escribió nos llegaron dieciocho, las principales fueron: “Alcestes”,”Medea”,”Hécuba,” “Andrómaca e Ifigenia en Táuride.”, “Las Bacantes”. Aumentó considerablemente el número de actores.

COMEDIA GRIEGA: ARISTÓFANES

La comedia tuvo el mismo origen, los grupos que danzaban se mofaban de los espectadores, posteriormente aparecieron personajes que entablaban un dialogo y entretenían por medio de sus burlas y chanzas. La comedia griega tuvo un carácter cómico – grotesco y en ella se ridiculizaban las tendencias políticas, religiosas, filosóficas y literarias.


Aristófanes: (446-388 a.C.)dotado de un extraordinario ingenio y sentido del humor, se dedicó exclusivamente a la comedia. En sus obras, llenas de sátiras audaces, trató todos los problemas mas notables de la vida pública de su tiempo. De las once comedias completas llegadas a nuestra época las mas famosas son ‘Las ranas” y “ Las nubes”.

ORATORIA GRIEGA: LISIAS, ISÓCRATES Y DEMÓSTENES

Los griegos concedían un gran valor al arte de la palabra, que podía ser mágica, hechizadora, persuasiva y convincente. Sin embargo, fue la democracia ateniense la que provocó el desarrollo de la oratoria y sus técnicas, ya que los ciudadanos debían hablar bien en sus discursos ante la Asamblea y los Tribunales. 


Lisias (445- 380 a. C.). Su familia era originaria de Siracusa, él pasó algún tiempo en Turios (sur de Italia) formándose en la retórica, volvió a Atenas y se ganó la vida como logógrafo. Por su condición de meteco, no ciudadano ateniense, no podía pronunciar sus discursos en la Asamblea. Pero sí tuvo interés en los asuntos políticos y colaboró en la derrota de los Treinta Tiranos.



Isócrates (436 338 a. C.) Logógrafo y maestro de retórica. Toda su larga vida se lamentó de la desunión de los griegos frente al peligro de los persas, confiaba en la unión de Atenas y Esparta, pero pronto se sintió decepcionado, llegó a confiar incluso en Filipo II de Macedonia como protector de Grecia. Sus discursos eran muy elaborados, evitaba los hiatos y buscaba la armonía y el equilibrio.


Demóstenes (384- 322 a. C.) comenzó su carrera como orador en los juicios contra sus tutores, ya que Demóstenes quedó huérfano de niño y éstos dilapidaron su herencia. Compuso discursos judiciales, muchos de ellos por encargo, y políticos, en estos últimos destacan sus discursos en contra de Filipo II de Macedonia: Las Filípicas. Se le considera el mejor orador griego por la belleza de sus discursos y por su fuerza de voluntad para vencer sus dificultades para hablar en público. Pero ante todo fue un gran defensor de la democracia ateniense que ya estaba a punto de desaparecer.

LÍRICA GRIEGA

La poesía tocada al son de la lira, de donde recibe su nombre, también nació en Grecia, concretamente, en Asia Menor, la zona más avanzada del mundo griego, y en en la época arcaica (siglo VII a. C.), fecha del desarrollo de las polis, con la cual se ha puesto en estrecha relación el surgimiento de este nuevo género literario. La sociedad busca otros ideales que sustituyan la exaltación del espíritu heroico de la épica.

Los temas de este tipo de poesía se sitúan, así pues, en la órbita de lo íntimo y lo personal. Dentro de ella, se pueden distinguir los subgéneros:


La lírica monódica, ejecutada por un solista (Safo, Alceo).
La lírica coral (Píndaro), practicada por un coro. 
La lírica yámbica (Arquíloco).
La lírica elegíaca (Mimnermo, Solón, Teognis).

LÍRICA MONÓDICA : SAFO Y ALCEO


Safo (s. VII a. C.). Esta poetisa dedicó su poesía al amor, amor expresado siempre con sencillez, ternura, pasión. Hay poemas personales e intimistas y poemas de encargo, los epitalamios (canciones de boda). Muchos de los poemas están dedicados a mujeres. Parece ser que Safo dirigió un círculo de jóvenes muchachas a las que iniciaba en la música, la poesía y el culto a Afrodita. Escribió en dialecto lesbio, utilizado con gran sencillez y perfección. Sus poemas están escritos en la llamada estrofa sáfica. Safo fue imitada por poetas latinos: Catulo y Ovidio. Su poesía amorosa ha sido valorada porque traspasa las fronteras del tiempo.


Alceo (s. VII a. C.), también de Lesbos, en su poesía se vislumbra su gran interés por la política, ya que pertenecía a la aristocracia local y se enfrentó a las tiranías. Fue desterrado dos veces. Pero se interesó también por la poesía de banquetes, el combate, la muerte y el amor.

LÍRICA CORAL: PÍNDARO

Oda (Del griego, odé, ‘canto’), Las odas eran originalmente poemas para ser cantados con el acompañamiento de un instrumento musical. De tono elevado, estaba destinada a exaltar la vida de un individuo, a conmemorar un hecho importante o a describir la naturaleza de manera más intelectual que emocional. En Grecia, existían dos tipos de odas: las corales y las cantadas por una sola voz (monodia). Las primeras, elaboradas según los movimientos del coro en el drama griego, tenían una estructura triádica: la estrofa, la antiestrofa y el epodo, este último con ritmo y forma diferente de las dos partes anteriores. El máximo representante de la oda coral es Píndaro, cuya obra incluye 45 odas que conmemoran, entre otras celebraciones, los Juegos Olímpicos.

En esas circunstancias hubo una exaltación del individualismo del hombre, que le lleva a cantar al amor, la amistad, las penas, la brevedad de la vida... Encontramos, pues, una poesía de carácter más intimista, compuesta por autores concretos. Originariamente había canciones populares, relacionadas con el culto a los dioses, cantadas en los momentos importantes de la vida: nacimiento, boda, muerte, trabajo... Estos cantos populares, poemas que se cantaban al son de una lira, recibieron el influjo de la poesía épica y fueron adquiriendo dignidad literaria y regularizando su métrica.



LÍRICA YÁMBICA: ARQUÍLOCO

El yambo poseía una temática popular, de tono burlón, mordaz o crítico. Por eso, el ritmo métrico que utilizaba se hallaba cercano a la lengua hablada.



Arquíloco de Paros (s. VII a. C.) es el máximo representante de este género. Sabemos que era hijo bastardo de un noble de la isla de Paros y que se ganó la vida como soldado mercenario, compuso poemas en los que se burla del espíritu heroico de épocas anteriores. Valora el "aquí" y el "ahora"; expone también sus más personales sentimientos, sus amores y odios. Utiliza una lengua con influencia homérica, pero sin forzar el verso.


LÍRICA ELEGIACA: CALINO, TIRTEO, MIMNERMO, SOLON Y TEOGNIS

Era originariamente un canto de duelo, quizá cantado en los banquetes fúnebres. Este género estuvo influido por la épica en la forma y en la temática, usado para expresar todas las necesidades y problemas de las polis. El metro es el dístico elegíaco. Varios poetas escribieron elegías con una temática muy diferente:

Calino de Éfeso (s. VII a. C.). La historia de la elegía se inicia con sus poemas, en los que anima a defender su ciudad y en los que se observa la influencia de la lengua homérica. Se le sitúa a mediados del siglo VII a. C.


Tirteo (s. VII a. C.) exhorta a los espartanos a luchar con valor y en primera fila en la guerra contra Mesenia. El influjo homérico es también importante, escribe sobre todo en dialecto jonio, con pocos dorismos, por lo que se piensa que no era espartano, sino un inmigrante procedente de Asia Menor.


Mimnermo de Colofón (s. VII a. C.) se queja del paso del tiempo y de la pérdida de la efímera juventud. El goce supremo para él es el de "la adorada Afrodita". Fue muy imitado por los poetas latinos del amor Propercio y Ovidio.


Solón de Atenas (ss. VII-VI a. C.) vivió una época de grandes cambios en su ciudad. Se le encargó redactar una constitución para solucionar las tensiones sociales entre las distintas clases sociales de Atenas. Plasmó sus ideas políticas, morales y sociales en sus elegías y yambos con exhortaciones al buen gobierno y la moderación.  
 
Teognis de Mégara (s. VI a. C.) alcanzó su plenitud en la segunda mitad del s VI a. C.  Sus poemas son elegías cortas, típicas de simposio o banquete con temática diversa: amor, añoranza de tiempos pasados, y otros como el vino, el amor, la nostalgia de los ideales aristocráticos, el rencor y la protesta de la nobleza tradicional, exhortación de la amistad y reflexiones sobre las limitaciones del hombre, etc. De este poeta nos han llegado sus poemas.

EPIGRAMA E HIMNO

En literatura un epigramas es una observación mordaz, aguda y concisa, generalmente escrita en verso. Los epigramas de la Grecia antigua eran inscripciones hechas en tumbas o estatuas. Además de los epigramas funerarios y votivos, se conservan otros que reflexionan sobre los objetos y asuntos ligados con la escritura, entre ellos uno que alerta sobre la amenaza de la "carcoma, enemiga de las Musas".

Un himnos es una composición con texto de alabanza a una deidad o que expresa sentimientos de fervor religioso o patriótico. Los himnos más antiguos que se conservan son dos ejemplos de la antigua Grecia dedicados al dios Apolo, descubiertos en Delfos, y que datan del siglo II a.C.

HISTORIOGRAFÍA: HERÓDOTO, TUCIDIDES Y JENOFONTE.

La Historiografía es un género narrativo en prosa. Las obras historiográficas relatan aconteci-mientos (bélicos, sociales, políticos, etc.) de un pasado más o menos remoto, que se conside-ran dignos de ser recordados, siguen un orden cronológico y son susceptibles de tratamiento literario. La historiografía griega conlleva una visión del mundo racionalista: el historiador debe tratar de justificar el porqué de los hechos ocurridos.



Inicialmente, para los griegos el término historia (gr. i(stori/a) designaba en general el conocimiento adquirido por descubrimiento personal y, en particular, la búsqueda o investigación de un escritor sobre algo que sucedió como consecuencia de la intervención del hombre. Pero esto no implicaba una referencia a hechos acontecidos en un pasado más o menos próximo. La idea de que la historiografía se ocupa de los acontecimientos ordenados con un criterio cro-nológico es posterior.


En los territorios griegos de Jonia, en el siglo VI a. C., surgió el interés por describir lugares, costumbres, y tradiciones de otros lugares en relatos escritos en prosa. Los escritores de estos relatos intentaban narrar los acontecimientos con cierta pretensión de veracidad. En esta primera etapa no podemos hablar todavía de obras rigurosamente históricas; pero sí sabemos que se abrió el camino hacia una manera de escribir Historia en consonancia con el espíritu racionalista griego que desde Jonia se extendía a otros ámbitos de la actividad intelectual, como la Filosofía.


El paso hacia una historia que intenta dar una descripción de global de las transformaciones de una sociedad y de sus causas se debió de producir en Grecia. Heródoto y Tucídides fueron los primeros historiadores de la antigüedad, y sería también un griego, Polibio (llevado a Roma como rehén en el 168 a. C.), quien introduciría la literatura historiográfica de cuño griego en Roma.


Heródoto


Heródoto (484-425 a. C.) está considerado como el Padre de la Historia. Nació en Halicarnaso, en Asia Menor, pero fue un viajero infatigable que, además de Grecia, recorrió Egipto, Siria y Persia. Hacia el 447 a.C. vivió en Atenas, centro cultural del mundo griego; allí conoció a los autores más importantes de su tiempo y Pericles, el gran político ateniense. En el 443 a.C. Heródoto se instaló en la colonia griega de Turios, fundada en el sur de Italia. Se dedicó el resto de su vida a completar su gran obra, conocida como Historias, escrita en nueve libros, que iba leyendo en público según los iba redactando.


El tema central de su obra son las guerras entre persas y griegos, las Guerras Médicas, que tuvieron lugar en la primera mitad del siglo V a.C. Pero antes narra las historias de los países cercanos a Grecia y que tuvieron cierto papel en la contienda, y cuenta infinidad de noticias y anécdotas; son dignos de mención los relatos sobre Egipto.


Heródoto escribió en dialecto jonio, con un lenguaje claro y sencillo y un estilo ameno. Su pen-samiento es contemporáneo y racional, aunque en su obra el elemento mítico es todavía muy importante (por ejemplo, afirma que las causas del conflicto entre Grecia y Asia son los míticos raptos de mujeres, llevados a cabo por dioses y héroes). Heródoto creía que el Universo esta-ba regido por el destino y el azar, y que nada en los asuntos humanos es estable.


Para Heródoto la elección moral era importante, ya que los dioses con frecuencia castigan la arrogancia. Esta tendencia a buscar lecciones morales en los acontecimientos del pasado es la base de la historiografía griega y, más tarde, de la romana.

Tucídides


Tucídides (490 -395 a. C.) nació en Atenas y vivió los acontecimientos de las Guerras del Pelo-poneso entre Atenas y Esparta. Fue general y sufrió un destierro de 20 años por llegar tarde a la defensa de una fortaleza. Durante su destierro se dedicó a escribir sobre estos hechos con-temporáneos porque reconoció su importancia histórica y quiso analizar su desarrollo y sus consecuencias. Regresó a Atenas al final de la guerra (404 a.C.)


No llegó a terminar su obra, llamada Historia de las Guerras del Peloponeso, pero, sin duda, es el primer ejemplo de historia realizada de forma científica y rigurosa, con un exhaustivo aná-lisis de las causas que provocaron los distintos acontecimientos.


Tucídides muestra en su obra un conocimiento práctico de la ciencia política y militar. Se inte-resó principalmente por el aspecto militar de la contienda, que presentó en un estilo conciso, lúcido y a veces difícil, con sintaxis compleja, ya que escribió para un público de elevada cultu-ra. Escribió en dialecto ático con influencia del jónico.


En Tucídides se observa una constante búsqueda de objetividad. Se basó en sus propias ob-servaciones y en las declaraciones hechas por otras personas, testigos de los sucesos, cuyas declaraciones no duda en contrastar. Para dar mayor intensidad a su historia, puso en boca de los protagonistas de la guerra discursos retóricos y dramáticos, que permiten analizar los sen-timientos públicos y valorar los asuntos que estaban en juego.


Su preocupación por la objetividad ejerció gran influencia sobre los historiadores grecorroma-nos posteriores, como Polibio y Dión Casio.

Jenofonte


Jenofonte (430-354 a.C.) era también ateniense; formó parte del círculo de jóvenes que siguie-ron las enseñanzas de Sócrates. Vivió el declive de Atenas, se sintió defraudado por la demo-cracia y fue un gran admirador de Esparta.


Su obra histórica Helénicas es una especie de continuación de la obra de Tucídides, aunque no tiene el rigor de su predecesor. Omite acontecimientos que no le interesa mostrar y es cla-ramente favorable a los espartanos; pero su estilo es más sencillo y es un gran maestro en la descripción clara de escenas y personajes.


Escribió otras obras más personales, como Anábasis, un relato de su experiencia como solda-do mercenario del príncipe persa Ciro en la llamada Expedición de Los Diez Mil, en la que cuenta la retirada de los soldados griegos cuando sus oficiales fueron asesinados por el sátra-pa persa Tisafernes.


Las fuertes tendencias proespartanas y la exageración de los hechos rebajan el valor de sus obras históricas.