Son cuerpos celestes que orbitan alrededor del astro rey, el Sol, cuyo nombre proviene del griego, que significa “errante” o “vagabundo”. Los nombres de los diferentes planetas se refieren a distintos dioses de la mitología romana y griega.
Mercurio era el dios del comercio (Hermes en la mitología griega), de la elocuencia y de los ladrones además de ser el mensajero de los dioses. Hermes era también protector de los ganados, y su cayado se convirtió en el “caduceo” o bastón de la concordia. Además es el inventor de las pesas y medidas usadas en las transacciones comerciales.
Venus es el objeto más brillante del cielo, después del Sol y la Luna. Debe su nombre a la diosa del amor, la belleza y la fecundidad (Afrodita en la mitología griega). Nacida de la espuma del mar de Chipre fecundado por los genitales del Cielo/Urano, arrojado allí por su hijo Crono/Saturno después de haberlo castrado.
La Tierra es nuestro hogar y para los romanos Gea, era la personificación de la madre tierra e hija de Caos, además de madre y esposa de Urano. Ambos fueron padres de las primeras criaturas vivas: los titanes, los cíclopes y los gigantes, que fueron encerrados por Urano ya que eran aberrantes. Su último hijo y el más terrible, fue Tifón, aunque Zeus le derrotó.
Marte recibe su nombre del dios de la guerra, hijo de Zeus y Hera, por su color rojizo. Personificación de la fuerza bruta y la violencia, así como del tumulto, confusión y horrores de las batallas, en contraposición a su hermanastra Atenea, que representa la meditación y sabiduría en los asuntos de la guerra y protege a los hombres y sus habitaciones de sus estragos.
Júpiter (Zeus en la mitología griega) es el planeta del sistema solar más grande, por ello recibe el nombre del dios del cielo y soberano de los dioses olímpicos, es el padre de todos los dioses y hombres en el sentido de protector. Señor del cielo y de la lluvia y el creador de las nubes que controlaba con su rayo desde su trono dorado. Era hijo de Cronos y Rea y hermano de Poseidón, Hades, Hestia, Démeter y Hera, con la que se casó.
Saturno es el dios del tiempo (Cronos en la mitología griega), el más joven de la primera generación de Titanes, descendientes divinos de Gea, la tierra, y Urano, el cielo. Cronos, deidad de la cosecha, supervisor de cultivos como el trigo, y de la naturaleza, la agricultura y la progresión del tiempo en relación con los humanos en general.
Neptuno, conocido como Poseidón en la mitología griega, es el hijo mayor de los dioses Saturno y Ops, y hermano de Júpiter. Gobierna todas las aguas y mares, cabalgando las olas sobre caballos blancos. Con su poderoso tridente agita las olas, hace brotar fuentes y manantiales donde quiera y encauza su ira provocando los temibles sismos o terremotos.
Urano es el dios primordial del cielo, siendo hijo y esposo de Gea, la Madre Tierra. Encerró a todos sus hijos nada más nacer en el seno de la madre, al temer que éstos le destronasen. Gea, tramó una sublevación, y Cronos, el menor de sus hijos los Titanes, con una hoz castró a su padre los genitales.
Plutón, dios de la muerte (Hades en la mitología griega), es hijo de Cronos y Rea, hermano de Zeus y Poseidón. Tiene el poder del mundo subterráneo. Vivía de forma feroz y despiadada junto a Perséfone, raptada para romper su celibato. El can Cerbero (perro infernal de tres cabezas) vigila la entrada de su palacio: a todo el que llega le da acogida, y sólo impide la salida a quienes pretenden escapar de los infiernos.
La Luna (Selene en la mitología griega), diosa de la luna, desempeñó este papel solo hasta el nacimiento de Artemisa.
GALAXIAS Y CONSTELACIONES
Una constelación es un conjunto de estrellas que mediante la imaginación del hombre dibujan una imagen. La identificación y denominación de estos grupos de estrellas data de la antigüedad. Las que hoy conocemos, provienen en su mayoría de los griegos, quienes identificaron y nombraron cerca de 50 constelaciones.
La mitología greco-romana constituye una fuente de historias fascinantes, llenas de pasión, venganza y heroísmo. Los antiguos que igual que nosotros se sentían fascinados por el misterio estelar, honraron e inmortalizaron en la memoria de los hombres a los personajes más apasionantes de sus historias -dioses, semidioses, humanos, bestias y hasta objetos-concediéndoles un lugar en la bóveda celeste.
Los antiguos consiguieron su acometido, aun hoy al mirar el cielo nocturno, podemos sentir admiración por el valor de Perseo, pena por la suerte de Calisto convertida en osa o admiración del amor fraternal de los gemelos Cástor y Pólux.
En la actualidad se reconocen 88 constelaciones, 12 de las cuales son llamadas zodiacales y forman parte de la eclíptica, 14 hombres y mujeres, 9 aves, 2 insectos, 19 animales, 10 criaturas marinas, 2 centauros, una serpiente, un dragón, un pegaso, un río y 29 objetos inanimados.
La Vía Láctea, galaxia de la que forma parte nuestro sistema solar, se calcula que contiene unos 100.000 millones de estrellas y un diámetro medio de unos 100.000 años luz. Según la mitología griega, Hera, la esposa de Zeus, el dios de dioses, dio origen a la Vía Láctea, al ser derramada su leche cuando retiró de su pecho, de una forma brusca, al hijo bastardo de Zeus con la mortal Alcmena, Heracles (Hércules), ya que Hermes, el mensajero de los dioses, se lo había colocado cuando ella se encontraba dormida, para que así obtuviese la inmortalidad.
Calisto, fue una ninfa que pertenecía al cortejo de Artemisa, que tuvo un hijo de Zeus, tras éste haberla engañado adoptando la forma de Artemisa. Heras, enormemente celosa y enojada, castigó a Calisto convirtiéndola en osa, y poco después, Artemisa la cazó en castigo por haber roto su virginidad. Zeus decidió transformarla en una constelación junto con su hijo, Osa Mayor, también conocida como Carro Mayor, es una constelación del hemisferio norte celeste, cerca del polo norte. Las siete estrellas más brillantes de la constelación forman un contorno claramente identificable, parecido a un carro con timón. La Osa Menor posee una forma similar, situándose al final de su timón la Estrella Polar, la más brillante de la constelación.
Andrómeda, la hija de gran belleza de Cefeo, rey de Etiopía, y de Casiopea, fue liberada, por el héroe Perseo, del monstruo enviado por Poseidón, con el que más tarde se casaría, gozando de una gran felicidad. A su muerte se convirtió en la gran constelación del hemisferio norte situada al sur de Casiopea (constelación con forma de W) y al oeste de Perseo, que no contiene estrellas de primera magnitud aunque es el objeto más distante (2,2 millones de años luz) que se puede ver a simple vista.
Argos Navis, es una constelación del hemisferio sur, que se extiende desde Can Mayor a la Cruz del Sur y parte de la Vía Láctea, y cuenta con. Canopus, su estrella principal, la segunda estrella más brillante del firmamento. Según la mitología, Argos era un gigante de cien ojos que fue designado por la diosa Hera, para custodiar a Ío, de la que tenía celos, al ser amante del su esposo, el dios Zeus.
Centauro era una raza de monstruos, representado con forma humana de la cabeza a la cintura, y el resto de caballo, que se caracterizaban por una gran ferocidad. Dieron nombre a una constelación meridional, que contiene a la estrella Alpha Centauri, la tercera estrella más brillante en el cielo y la visible más próxima al Sistema Solar (4,3 años luz).
OTROS
Otros cuerpos celestes tienen nombres mitológicos como el Sol (Helio, dios del Sol), la Luna (Selene, diosa de la Luna), Deimo y Fobo (nombre de las lunas de Marte), las lunas de Júpiter poseen nombres relacionados con Zeus, como Europa, Io, Metis, Amaltea, Tebe, Leda, Himalia, Carmen, Pasifae, Sínope, Calisto, Ganímedes, Adrastrea, Elara; y de esta forma los nombres de los satélites guardan estrecha relación con el planeta que circundan, Saturno (Atlas, Prometeo, Pandora, Jano, Mimante, Encélado, Tetis, Dione, Calipso, Rea, Titán, Hiperión, Jápeto, Febe), Neptuno (Tritón, Talasa, Nereida, Náyade, Galatea, Proteo); y la luna de Plutón se llama Caronte.